Revitalizando Nuestras Relaciones

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Todos prosperamos cuando tenemos relaciones amorosas y recíprocas. 

Las relaciones saludables contribuyen a una mejor calidad de vida –y sin embargo; establecer, mantener y crecer nuestras relaciones es un desafío. Resulta irónico que ahora estemos digitalmente más conectados que nunca y a la par más desconectados físicamente.

Un desafío reciente en la creación de relaciones es la manera en la que integramos nuestra conexión con las personas y la tecnología. Esto no es sorprendente, ya que somos las primeras generaciones que hemos tenido que lidiar con los pros y los contras de los celulares; dispositivos que aprovechan nuestro sistema de dopamina para captar nuestra atención. A pesar de esta precaución real, no necesitamos deshacernos de nuestros teléfonos; en su lugar, podemos responsabilizarnos de nuestra relación y acuerdos con ellos. Del mismo modo, para revitalizar nuestras relaciones, debemos optar por participar de formas que nos nutran y apoyen a nosotros y a los demás, al mismo tiempo siendo claros y prácticos sobre lo que ya no deseamos seguir permitiendo.

Debemos enfrentar lo difícil. 

¿Por qué son tan difíciles las relaciones?

 Nuestras relaciones cambian, o más específicamente, todos cambiamos. 

Si alguna vez has tenido una ruptura con un amigo o una pareja, probablemente sepas cuán impactante y transformador puede ser el terminar una relación.

Si has tenido una conversación difícil con un padre o familiar, es probable que hayas experimentado dolor y frustración por las formas en que nos comunicamos entre nosotros.

Si alguna vez has experimentado depresión o ansiedad, es posible que sepas lo importante que es tener amor propio para contribuir a nuestra experiencia– y aquí es donde comenzamos:

La base de todas nuestras relaciones es nuestra conexión con nosotros mismos y nuestra propia conciencia. 

El -yo- aquí

La primera relación que tenemos es la que existe entre la voz en nuestra cabeza y la que escucha esa voz; ambos somos nosotros. 

¡Esa es la base! 

La palabra relación viene del latín relatio, formada con el prefijo re- (indica reiteración), la raíz lat- (llevar algo) y el sufijo -tio (-ción = acción y efecto). Todo junto sería “acción y efecto de llevar algo otra vez”.

Por lo tanto, propongo cultivar la intención de restaurar nuestro sentido de pertenencia y bienestar dentro de nosotros mismos.

“La experiencia exterior es un reflejo de la realidad interior”. (33 Principios de Psicología Espiritual. Universidad de Santa Mónica)

Confianza: 

La confianza es la base de las relaciones duraderas. Comenzamos practicándola con nosotros mismos; esto se refleja al escuchar a nuestra intuición. Podemos confiar en los demás si confiamos en lo que hemos acordado internamente. Eso se demuestra al establecer límites que ayudan a preservar el amor. Esto se expresa cuando no tomamos nada personalmente y no hacemos suposiciones. La confianza es pronoia– nadie está en contra de nosotros; podemos reducir nuestro pensamiento excesivo.

A medida que comenzamos a practicar esta cuidadosa atención hacia adentro, el exterior lo refleja.

El -yo- de afuera

Nuestra conexión interior no puede crecer completamente sin la retroalimentación de nuestras relaciones con los demás.

En nuestra exploración, contemplación y expresión interna, el mundo exterior no cambia tanto como nosotros cambiamos nuestra percepción de este. Sonríes y el vecino también sonríe. Empezamos a ser vulnerables ante los demás y ellas/ellos también se abren, nos respetamos a nosotros mismos y somos respetados. Y si es que no recibimos respeto, lo vemos como una oportunidad para practicar nuestro cambio de comportamiento interior. Para actuar desde la amabilidad y el amor.

Recuerda que no tenemos que estar de acuerdo en todo, ese no es el sentido de relacionarnos. Podemos compartir valores y lo hacemos a través de nuestra Comunicación Clara:

Para ser verdaderamente libres y satisfacer nuestras necesidades, debemos poder comunicarlas. Debemos ser honestos y eso requiere un trabajo serio para aclarar lo que realmente deseamos y queremos. No podemos dejar que otros adivinen o continúen con viejos patrones.

  • ¿Se ha desmoronado una relación porque evitaste una conversación difícil
  • ¿Alguna vez has perdido un amigo debido a su falta de consideración por tus necesidades? 
  • ¿Una relación se ha estancado o terminado por falta de intimidad?

No existe una solución única, cultivar nuestras relaciones es un esfuerzo de por vida. La vida es una perpetua creación y desarrollo de relaciones.

Lo que todos necesitamos es un conjunto diverso de herramientas psicológicas para hacer frente a estos desafíos. Dos recursos que me han ayudado son la comunicación no-violenta y la escucha centrada en el corazón.

A través de nuestra consideración hacia el impacto de nuestras acciones hacia los demás, todos podemos comenzar a vivir vidas más satisfactorias. 

Debemos modelar los comportamientos que deseamos ver en el mundo. Se justo y cultiva la no-separación, la comprensión, la inteligencia; libre de autoridad. La manera en la que nos relacionamos con el mundo externo es en sí misma un comunicado de cómo nosotros mismos pedimos que nos satisfagan y, por lo tanto, si deseas ser escuchado/a; escucha. Si queremos expresar lo mejor de nosotros, entonces saquemos lo mejor de los demás.

La Unidad en Todas las Cosas

No hay mayor sentido de interconexión que cuando vemos la unidad en todas las cosas. Cuando disipamos el miedo en nuestras vidas, no solo comienza a aparecer una paz interior, sino también nuestra paz con los demás y el mundo que nos rodea.

Las civilizaciones humanas de todo el mundo han convergido en algún punto al desarrollar su entendimiento a través del estudio de las estrellas y las estaciones y, a su vez, el estudio de los ciclos y patrones. Esto fue una gran inspiración en la creación de Órbita Semanal: un sistema para alinearnos con los ciclos naturales, una práctica para desarrollar nuestra atención y presencia. Esto es lo que hace que suceda la magia. 💫

  • La presencia es: honrarnos a nosotros mismos y a los demás. 
  • La presencia es: observación y aceptación. 
  • La presencia es: amor; y el amor transforma.

Si hay algo que te animo a hacer es salir a caminar. Saluda al extraño, a los animales, y mantente abierto a las lecciones de la naturaleza.

El mundo natural, del cual proviene todo el conocimiento, está pidiendo nuestra atención.

Sal al mundo y practica la confianza, la comunicación clara y la presencia.

Entrevista a un padre o un ser querido y ve más allá de los roles; percíbelos como almas al igual que tú. Entra inteligentemente, con simpatía y comprensión en su conciencia e intenta entender por qué piensan como lo hacen sin ningún deseo de cambiar; sólo para expandir tu entendimiento.

Sigue haciendo preguntas.
Conócete a ti mismo, al amigo y al mundo de nuevo.


Con amor, 

Bryan G Olivas Orozco (escritor) 

Editado y traducido por Marcelo S. Villaseñor

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